Pese a los anuncios de declive de la publicidad comportamental (o basada en el comportamiento) y su sustitución por modelos de negocio que impliquen una menor intromisión en el derecho fundamental a la protección de datos personales, en los últimos meses se ha asistido a una expansión sin precedentes de los llamados modelos de consentimiento o pago, ilustrativos de la relevancia de ese tipo de publicidad en el marco del ofrecimiento de servicios digitales y de la puesta a disposición de contenidos en línea. Esos modelos hacen referencia al ofrecimiento al usuario, como presupuesto de la utilización del servicio, de la opción entre prestar el consentimiento al tratamiento de sus datos personales por el prestador del servicio (para facilitar ese tipo de publicidad) o pagar una cantidad de dinero para poder utilizar el servicio, como alternativa a la prestación del consentimiento al tratamiento de sus datos personales. Se trata de una evolución condicionada por los recientes avances en el Derecho de la UE -incluida la célebre STJUE de 4 de julio de 2023, Meta Platforms e.a. (Conditions générales d’utilisation d’un réseau social), C-252/21, EU:C:2023:537, reseñada aquí- en lo relativo a los límites de ciertas bases de licitud del tratamiento de datos personales. En especial, el limitado alcance como base de licitud de la relativa a que el tratamiento sea necesario para la ejecución de un contrato en el que el interesado es parte -art. 6.1.b) RGPD- condiciona el interés del responsable del tratamiento por obtener el consentimiento del interesado y poder fundar así el tratamiento en la base prevista en el artículo 6.1.a). La referencia expresa por el TJUE en esa sentencia (apdo. 150) a que la obtención del consentimiento del interesado en los términos exigidos por el RGPD en determinadas situaciones puede requerir que el prestador de servicios de red social ofrezca a los usuarios, como alternativa a la utilización del servicio previa aceptación del tratamiento de sus datos personales, una alternativa equivalente no acompañada de tales operaciones de tratamiento de datos “en su caso a cambio de una remuneración adecuada”, es un elemento que contribuye también al desarrollo de esos modelos. En este contexto, con respecto a la actividad de las grandes plataformas en línea, reviste singular importancia la adopción la semana pasada por el Comité Europeo de Protección de Datos (CEPD o EDPB) de su Dictamen 8/2024 sobre esta concreta cuestión (Opinion 08/2024 on Valid Consent in the Context of Consent or Pay Models Implemented by Large Online Platforms), especialmente por la relevancia de los criterios que incorpora para valorar los límites de tales prácticas como vía para la obtención por las plataformas en línea de gran tamaño de un consentimiento del interesado que cumpla con los requisitos exigidos por el RGPD (y la Directiva 2002/58 y sus disposiciones de transposición, que son las relevantes en materia de cookies).